Elisabeth Hellenbroich*
A finales del pasado mes de octubre del presente año, el Presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, invitó a una reunión a celebrarse en Estambul, a la cual asistieron la Canciller alemana, Angela Merkel, el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el Presidente de Francia, Emmanuel Macron. El objetivo de la cumbre – primera de este tipo luego de años de la sangrienta guerra en Siria- fue analizar las formas de llegar a un acuerdo y a una solución política del conflicto sirio. A finales de septiembre, el Presidente Putin y Erdogan acordaron en Sochi crear las “zona desmilitarizada” de la provincia de Idlib, la única zona de Siria que no se encuentra en manos del Ejército Sirio de Bashar al-Assad.
Hay tres millones de personas que viven en esta provincia flagelada por el terror del ISIS . Berlín y París calificaron la reunión de exitosa, ya que ayudaría a promover los esfuerzos de paz que se llevan a cabo en Ginebra, Suiza. Los mandatarios emitieron una acordando: Rrechazaron cualquier solución “separatista” del conflicto, lo cual sería contrario a la integridad territorial de Siria. Crear condiciones para garantizar el “regreso voluntario y seguro de refugiados” y asegurar que estos no sean amenazados ni detenidos arbitrariamente. También subraya la necesidad de un cese permanente al fuego en Idlib. La canciller alemana, Angela Merkel, destacó en la reunión que todos los participantes expresaron la necesidad de una reunión de los 150 integrantes del comité constitucional para definir las directrices de la futura política de Siria, la cual incluye, elecciones, el regreso de refugiados y la necesidad una conferencia internacional sobre esta última cuestión.
Para profundizar en este tema es importante estudiar un folleto que fue publicado a principios de 2018 por la entidad Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN-International, una institución pontificia que brinda apoyo a cristianos donde sean perseguidos, oprimidos o en necesidad material. El folleto es un testimonio de la inmensa destrucción causada durante la guerra en Siria; desde su inicio en 2011, hasta la fecha, ha provocado la destrucción de muchas partes del país, la muerte de medio millón de sirios y obligado a 12 millones de ciudadanos sirios a abandonar de sus hogares.
En la guerra, la población cristiana fue el blanco de la brutalidad; que incluye la matanza de cristianos a manos de la fuerzas yijadistas, el saqueo de sus lugares sagrados y los hogares, así como símbolos sagrados. Poca importancia se le ha dado al inmenso daño causado por el ISIS en los lugares sagrados cristianos, iglesias, monasterios, cementerios y centros juveniles.
El folleto documenta que la restauración ha comenzado en varios lugares sagrados, lo que ha ofrecido esperanzas renovadas a los miles de cristianos que fueron perseguidos por las fuerzas fanáticas de la Yijad. El proceso comenzó, gracias a las iniciativas de la comisión mixta de trabajo de sacerdotes católicos y ortodoxos rusos, que fue creada luego de la histórica reunión del Patriarca Kirill de Moscú y de toda Rusia y el Papa Francisco en la Habana, Cuba (12 de febrero de 2016. El prefacio fue escrito por el Metropolitano Hilarion de Volokolamsj –presidente del Departamento de Relaciones eclesiásticas exteriores del Patriarcado de Moscú, así como por Kurt cardenal Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad Cristiana.
Próspera colaboración
En referencia a la reunión del Papa Francisco y el Patriarca de Moscú y de toda Rusia, Kirill, Hilarión subraya que “los dos jerarcas fueron motivados por la situación realmente catastrófica, en la que se encuentran nuestros hermanos y hermanas en Cristo a causa de los conflictos militares y de la invasión de extremistas de la antigua tierra bíblica del Medio Oriente y del Norte de África”. Agrega, “Se ha causado daño irreparable a la cristiandad de la región. Miles de cristianos murieron como mártires, millones quedaron sin abrigo y tuvieron que abandonar el país. Cientos de iglesias, monasterios y lugares santos fueron profanados y aterrados.”
Recalcó que “el diálogo interreligioso” es fundamental para proteger a los cristianos de la persecución y que es importante destacar que “los cristianos sirios vivieron durante siglos entre musulmanes y lo más importante para ellos fue la buena vecindad y la convivencia.” Con el apoyo del Patriarcado de Moscú, se entregó ayuda humanitaria al Valle de los cristianos de la provincia de Homs, de Aleppo y a otras ciudades sirias, informó.
Ahora que las principales fuerzas terroristas han sido derrotadas, la “estructuración de postguerra de Siria se convertido en la tarea más importante. Es necesario restaurar la iglesias, la infraestructura y las residencias, crear condiciones para la celebración regular del clero y para la seguridad.” Agradeció particularmente por el apoyo que fue brindado por la Fundación ACN y expresó su esperanza de que “el folleto contribuya a la restauración de las iglesias y de los lugares santos de la antigua tierra de Siria, donde se pronunció por primera vez la palabra cristianos.”
El segundo prefacio lo escribió el presidente de Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad Cristiana, H.E. Kurt Cardenal Koch, quien describe el folleto como el “fruto de la colaboración ecuménica entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa rusa, al recalcar que fue la dramática situación del Medio Oriente una de las principales preocupaciones del programa de esta histórica reunión del Papa Francisco y el Patriarca Kirill en la Habana en 2016. La preocupación compartida de “nuestras Iglesias por la paz en esta región, por el fin de la persecución sufrida por muchos cristianos y por otras minorías, y por la importancia del diálogo interreligioso, se reflejó en la Declaración conjunta firmada en esa ocasión.”
Conociendo los daños
En los pasados dos años, como nos dice el Cardenal Koch, se han emprendido varias misiones: “La primera delegación de este grupo visitó Siria y Líbano del 6 al 7 de abril para ofrecer un signo de solidaridad a los cristianos de diferentes iglesias de la región y para reflexionar con ellos sobre la construcción común de un camino hacia adelante. La segunda delegación de este grupo visitó la región el 17 de septiembre de 2017.” Aunque las primeras necesidades de la población local siria son de naturaleza humanitaria, dijo el Cardenal Koch, “con el prospecto del retorno gradual de la paz, es importante ser capaces de preparar la reconstrucción no sólo de los hogares, sino también de los numerosos edificios religiosos destruidos por la guerra. La reparación de los lugares santos, de las iglesias y de las estructuras pastorales es indispensable”
Aparecen en el folleto foto del grupo de trabajo católico-ortodoxo, una de ellas de Metropolitano Hilarión y del obispo católico Kimovich en su reunión en Zahleh, Líbano. En otro artículo, el padre Andrzej Halemba, jefe de la sección del Medio Oriente de Ayuda para la Iglesia Necesitada, describe los diferentes proyectos en los que la ACN participa en la región.
Desde el inicio de la crisis militar de Siria, en2011, ACN ha apoyado a los cristianos con ayuda de emergencia. Tan sólo el año pasado, los sirios en necesidad recibieron una ayuda de 4.7 millones de euros de benefactores de la ACN. Las sanciones económicas afectaron el acceso a la atención médica, a la medicina y a los servicios esenciales. El resultado del embargo, el Halemba asienta, “tuvo un efecto devastador en las familias, en especial en los niños, las mujeres embarazadas y los ancianos, que fueron incapaces de satisfacer sus necesidades más elementales. ACN inició proyectos de abastecimiento de alimentos, programa que alienta la cooperación de socios ecuménicos de nueve iglesias cristianas diferentes, con lo que se refuerza la unidad de la Iglesia, la cual en Siria está formada por numerosos ritos eclesiásticos diferentes.
El proyecto “Gota de leche” ayuda a familias con niños pequeños, con el mismo principio ecuménico, con lo que se incrementa la efectividad de proyecto. A finales de 2017, como cuenta Halemba, la situación de seguridad permitió que los niños y los jóvenes regresasen a sus escuelas y universidades. Resultó evidente que se necesitaba más apoyo para la renovación de los edificios escolares, así como satisfacer las necesidades elementales como libros de texto, y brindar transporte y uniformes escolares. Para superar esta dificultad, se inició otra iniciativa ecuménica para la escolaridad y casi 10 000 estudiantes de Homs, Marmarita, Aleppo, Tartous y de otros lugares se benefician de ella. El programa desarrolla la comunión entre diferentes iglesias.
La ACN, como siguiente paso, está decidida a trabajar con los Líderes de la Iglesia y con sus comunidades para restaurar la presencia cristiana y su prestigio en el país, “al que los historiadores llaman la cuna de la civilización y del Cristianismo, el lugar de nacimiento de las culturas.”
En una de ACN se afirma: “De 300 parroquias de Siria, 120 reportan daños o destrucción de por lo menos uno de sus edificios, ya sea del templo, o de las propiedades de ese templo, como escuelas, guarderías, conventos o centros parroquiales y sociales. Esto significa que más de una de tres parroquias visitadas fueron afectadas. Las casas de muchos cristianos fueron alcanzadas también por el fuego. ACN ha registrado hasta la fecha 5 675 casas destruidas o dañadas” (en su mayoría en regiones de Aleppo y Homs). Todavía resulta más trágico que la violencia de los yijadistas y la intervención militar haya producido la pérdida masiva de vidas, entre ellas las de muchos cristianos.
Crímenes contra la civilización
El folleto publica muchas fotos de las construcciones destruidas, 31 templos cristianos y lugares santos, la mayoría de ellos ubicados en Aleppo, Homs, Damasco y otros en otras diferentes provincias. Las fotos permiten al lector contemplar cómo se veían los lugares santos antes y después de la barbarie lo que hace evidente que se cometió un crimen contra la humanidad y contra la civilización siria y su pueblo.
Resulta claro que Siria es la cuna de la naciente cultura cristiana y de su civilización, la cual se convirtió en el objetivo de los carniceros yihadistas. Entre esos lugares están, por nombrar unos cuantos: Santa María (Mart Meriem), la Iglesia Asiria de Tel Nasri de la gubernatura de Al Jdeyeh, distrito de Alepp; el Monte Sayda, cementerio Ortodoxo Griego de Aleppo; Santa Assia (Mar Asia al Hakim), Iglesia Siriaca Católica de Al Jdeyeh, Aleppo, una de los templos más antiguos de Aleppo, el cual data del siglo 15; San Vartan (Deir Vartan), centro jesuita y monasterio en Al Midan, distrito de Aleppo; San Elias, catedral Maronita, de Al Jdeyeh, también de Aleppo; Nuestra señora reina de la paz, de Um Al Zennar, antigua catedral Siriaca Ortodoxa de la vieja ciudad de Homs. Esta catedral fue construida sobre una iglesia edificada en el siglo I y es la sede del Arzobispado Siriaco Ortodoxo. Fue dañada en 2011-2012 durante el conflicto entre la oposición armada y las fuerzas de seguridad del gobierno sirio.
El Patriarca Siriaco Ortodoxo, Su Santidad Ignatuis Aphrem II declaró:” Estamos en paz, en búsqueda de gente, y reconstruiremos el país de Siria siguiendo el principio de la coexistencia y de la amistad, para ambos musulmanes y cristianos;” en tanto que Monseñor Elias Asass, de Nuestra Señora de Montligeon, iglesia maronita de Al Hamadiyah, distrito de Aleppo, expresó la esperanza que comparten los cristianos dentro y fuera de Siria: En esta situación de terror destructivo, sólo hay un camino, iluminado por la fe, que puede ser tomado por todo creyente que vive en Jesucristo. Sólo hay una respuesta a todo: La resurrección. Pues si Cristo renovó lo que había sido destruido, nosotros tenemos que colocar nuevos cimientos y reconstruir nuestra vida cristiana aquí.”
*MSIA Informa